Alimentos para reducir el dolor

La alimentación influye en la percepción del dolor. Donde hay dolor suele haber inflamación y estrés oxidativo. Una microbiota sana también también tiene un papel importante en la percepción del dolor. En este post te cuento qué alimentos pueden ayudarte a reducir el dolor. Coge papel y boli y toma nota.

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Frutas y verduras

Las frutas y las verduras son ricas en antioxidantes. El estrés oxidativo hace que en el cuerpo exista un exceso de sustancias oxidantes o radicales libres que favorecen la inflamación. Las sustancias antioxidantes, si están presentes en cantidad suficiente, son capaces de contrarrestar el efecto proinflamatorio de los radicales libres. 

  • Come frutas y verduras de muchos colores. Muchos antioxidantes son pigmentos, que son los responsables de los colores de las frutas y las verduras. Así, los betacarotenos aportan el color naranja a las zanahorias y a la calabaza; el licopeno a los tomates y a la sandía, y los compuestos azufrados, el color blanco de los ajos y las cebollas. 
  • Alterna entre crudo y cocinado. Las frutas y verduras en crudo son más ricas en antioxidantes, pero a veces el cocinado aumenta la capacidad antioxidante de algunos compuestos. Es el caso del licopeno de los tomates, un compuesto liposoluble que tu cuerpo aprovecha mejor con el cocinado, especialmente si lo cocinas con aceite de oliva. 

Omega-3

Varios estudios han demostrado las acciones antiinflamatorias de los ácidos grasos omega-3: reducción de la inflamación y del dolor articular, regulación de la presión arterial, reducción de los niveles de triglicéridos en sangre, disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes, mejoría de trastornos digestivos o la prevención de algunos tipos de cáncer.

Son alimentos ricos en omega-3 los pescados azules (salmón, caballa, sardinas, boquerones, etc.), las nueces y las semillas de chía y de lino. Para beneficiarte de sus propiedades, come 3 raciones de pescado azul a la semana, y un puñado de nueces3 cada día. 

Es importante que exista un equilibrio entre el aporte de ácidos grasos omega-3 y omega-6. Cuando hay una desproporción entre estas grasas en la dieta, puede aparecer inflamación. Por ello, prioriza el consumo de pescado azul y nueces, y reduce el de carne, aceites vegetales (excepto aceite de oliva) y alimentos industriales y excesivamente procesados. 

Aceite de oliva 

El aceite de oliva virgen extra es rico en ácidos grasos monoinsaturados, los cuales han demostrado reducir el riesgo de enfermedad coronaria. Además, contiene antioxidantes y es fuente de vitamina E. El aceite de oliva contiene también un compuesto llamado oleocantal, con propiedades farmacológicas antiinflamatorias comparables al ibuprofeno.

Probióticos y prebióticos

Nuestra microbiota intestinal juega un papel muy importante en la manera en la que percibimos el dolor. Por ello, es muy importante mantener una composición microbiana adecuada y equilibrada. Para conseguirla, consume probióticos con regularidad, en forma de  lácteos y vegetales fermentados (yogur, kéfir, chucrut, etc.) y alimentos prebióticos, ricos en fibra para “alimentar” a nuestras bacterias buenas. 

Por último, cuida tu peso. El exceso de peso y una dieta excesivamente calórica se asocian a mayor dolor. 

Si estás buscando asesoramiento nutricional para mejorar tu alimentación y tu salud, anímate a solicitar una consulta conmigo escribiendo a mi correo: consulta@alejandramatamoros.com. Estaré encantada de ayudarte.

Espero que os haya gustado ¡Gracias por leerme!

 

 

 

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